Cintas comerciales, de culto, mexicanas con anécdotas y reseñas de las mismas

viernes, 22 de junio de 2018

EL LUGAR SIN LÍMITES




EL LUGAR SIN LÍMITES

Fausto: Primero te interrogaré acerca del infierno. Dime, ¿dónde queda el lugar que los hombres llaman infierno?
Mefistófeles: Debajo del cielo.
Fausto: Sí, pero ¿en qué lugar?
Mefistófeles: En las entrañas de estos elementos. Donde somos torturados y permaneceremos siempre. El infierno no tiene límites, ni queda circunscrito a un solo lugar, porque el infierno es aquí donde estamos y aquí donde es el infierno tenemos que permanecer...
MARLOWE, Doctor Fausto




Lo antes citado es el prefacio que acompaña a “El lugar sin límites”, basada en la novela homónima del chileno José Donoso  y publicada en 1966, en  ella se atestigua un ambiente  insolado por podredumbre, sordidez y tristeza, todo impartido por Don Alejo (Fernando Soler), un viejo cacique y latifundista, en apariencia amable, pero con intereses personales y una ambición inconmensurable, propia de un diputado, en la que a pesar de su decadencia física y de carecer de herederos busca apoderarse de todo el pueblo para después venderlo, no importándole que dicho lugar quede arraigado en la miseria y la falta de modernidad, simbolizado por la luz eléctrica.

Hasta un animal sabe llegar al lugar donde le dan de comer

Don Alejo  representa la hegemonía del lugar, siempre acompañado de perros, no sólo territorial sino de las personas, esto se manifiesta con Pancho (Gonzalo Vega), una especie de ahijado, a quien le dio un préstamo para la compra de un camión de redilas rojo, con cierto simbolismo del infierno, con el cual siente que es amo y señor de todo lo que le rodea, por lo que es capaz de prohibirle la entrada al burdel que tanto deseo, inquietud y violencia le genera. Más aún,  es tajante e inquisitivo en impedir que moleste a La Manuela y La Japonesita.

“Don Fernando era un gran actor, era fuera de su época, era totalmente natural y relajado, cuando todos los demás eran muy tiesos. A mí me encantaba eso, he tenido la suerte de aprender con grandes y él era de los grandes”, recuerda Gonzalo Vega sobre su experiencia de trabajar con Don Fernando Soler. A esto Arturo Ripstein agrega “Fernando era una figura paterna de enorme peso”.



Puta triste puta de mal agüero

Los planes de Don Alejo aún no pueden concretarse, aún falta una vivienda por adquirir,  en la estación El Olvio, ésta compete a un prostíbulo, cedido años atrás por una apuesta, el cual es regenteado por “La Manuela” (Roberto Cobo) y su hija “La Japonesita” (Ana Martín), ahora dueñas del inmueble, en el que se dan a la labor de ejercer el oficio más antiguo del mundo, en compañía de otras colegas. Sin embargo más allá de la prostitución ambas sienten una atracción enferma e insana por Pancho Vega (Gonzalo Vega), un hombre casado pero con deseos equívocos, como dicta la sociedad machista, hacia La Manuela, a quien impregna de violencia e iracundez. Hecho que atemoriza a La Manuela, pero al mismo tiempo le genera cierto éxtasis.

Ver a una madre disputarse el amor de un hombre con su hija de trasfondo ya había sido presenciado en cintas como “La malquerida” o “El hombre de los hongos”, pero lo presentado en la cinta de Ripstein rompe los esquemas de lo antes estipulado. Incluso la forma de promocionar la cinta durante su estreno, un 28 de abril de 1978, en el cine Robe rezaba “La Manuela es el padre de la Japonesita. Juntos practican el mismo oficio y desean al mismo hombre”, consiguiendo estremecer, causar morbo y escandalizar.

Arturo Ripstein fue el principal impulsor para llevar la historia de Donoso al cine, para la cual se hizo ayudar de Manuel Puig para su adaptación, sin embargo el escritor pidió que su crédito fuera removido del filme. Acerca de la inquietud que Ripstein sintió por llevar a “El lugar....a la pantalla grande el cineasta recuerda “Yo conocí la novela muy pronto, casi antes de que se publicara, era amiguete de Donoso, vivía en casa de Carlos Fuentes, me la enseñó me dijo que la leyera, mas bien se la pedí yo. Le dije que quería hacer la película, me dijo que era para Buñuel, pero finalmente no la hizo. La novela fue determinante para la película, espero haber hecho un trabajo digno de la novela”.

En la cinematografía mexicana la edificación, con sus modismos y vocabularios, de la palabra “loca” se cimienta bien en el personaje de “La Manuela”, en el que se aglomera la discriminación y el abucheo de los habitantes del pueblo, generando repulsión y aberración hacia un personaje abiertamente homosexual.



Tu padre será muy puto pero no mudo

A pesar de haber nacido como hombre,  La Manuela busca representar la feminidad y la provocación a través del baile, más aún cuando se hace ayudar de un vestido rojo, representando la pasión y el deseo que busca emanar. Su caminar, las frases y el cómo las decía le valió el reconocimiento nacional e internacional a su intérprete. Incluso Ana Martín, su hija en la cinta, reconoce el valor de su papel “Inventó a las vestidas de este país. Roberto Cobo estuvo espectacular, hizo un personaje tan sensacional que al final de la película se quitó los dientes,  después de la paliza, para que fuera más creíble el personaje, ¿quién hace eso?”, citó.

Sin embargo Ripstein jamás quedó convencido por la interpretación y desempeño de Cobo “Es una de las grades pesadillas de mi carrera, además de ser un hombre horrible, él personalmente. Era un actor de una enorme incompetencia ya entonces, fue dificilísimo, ahora tenía esa cara  atroz que me funcionaba espléndidamente bien y bailaba, había hecho Los olvidados esas eran sus credenciales. Horrible persona, espantosa, una de las grandes pesadillas de mi vida”, remarcó.

“Era un poco agresivo con Roberto, tenía otra idea de lo que Roberto hacía”, recuerda Gonzalo Vega sobre el trato que el director tenía para con el actor.



Seré puta como las otras pero me meto con quien yo quiero

“La Japonesita”, fruto de una apuesta y de un desliz heterosexual entre La Manuela y La Japonesa grande (Lucha Villa) es la encargada de establecer el orden el el burdel, así como decidir quiénes serán los clientes a los que se dé, posee temple e inteligencia. También reticencia a vender el aposento que pertenece en equidad a su papá, La Manuela. Con respecto a estos matices, Ana Martin comparte el cómo desentrañó su papel “Me gusta vivir mis personajes, vivirlos, cuando me pongo la ropa soy ellos, así me pasó con La japonesita, así es la magia de tener el poder de vivir otras vidas dentro de tu propia vida”.

Gonzalo Vega, en el papel de Pancho, es el encargado de complementar la disputa carnal y de lascivia, más que de amor, entre  padre e hija, pero lo escabroso y novedoso en su personaje, un hombre de clóset, con una violencia contenida pero de un machismo arraigado simbolizó un peldaño importante para el histrión  “ No sólo fue un parteaguas, sino una sorpresa, porque después de haber hecho la película, recuerdo que el día del estreno pensé que era el final de mi carrera, me asusté  mucho con la escena que hay con Cobo, era una cosa novedosa, creo no se había hecho en el cine mexicano.




A ti no te gustan las viejas lo que te gusta es hacer lío

Con “La leyenda del beso” de fondo, la cúspide y la temperatura del filme suben cuando Pancho en compañía de su cuñado  Octavio(Julián Pastor) se aparecen en el prostíbulo, por lo que la Manuela experimenta el miedo  y su corazón late con exacerbo, corre a esconderse al gallinero, dejando a La Japonesita y sus muchachas a merced.

Conforme las copas suben, Pancho se torna rijoso con La Japonesita, hecho que le gusta pera después tornarse violento e incómodo. En un acto de rescate, o por no dejar que le coman el mandado, La Manuela aparece ataviada en su vestido español rojo, el cual le había sido roto, para seducir al macho que da vueltas a su mente. A partir de este momento de suscita uno de los momentos cumbres en la cinematografía nacional, el primer beso entre dos hombres, con un cariz violento. Representando la ambigüedad y la represión de la sexualidad, así como l homofobia en un mundo heterosexual, el beso representa el deseo prohibido en Pancho, el cual es interrumpido cuando su cuñado lo descubre. Acerca de este ósculo de antología Gonzalo Vega y Arturo Ripstein comparten el cómo se rodó tal secuencia.

“Arturo es un director muy estricto, no se puede jugar en el set, tiene todo resuelto, filma muy bien. Ese día creó la atmósfera que quería que hubiera, lo consiguió. Dos minutos antes que corriera la cámara, habló con nosotros, nos sorprendió y salió a la primera toma, según recuerdo yo. No había nadie sacó a todo el mundo, no había nadie más que el director de cámara y un par de personas. Esa tensión y ese clímax se ve en pantalla, por eso la cinta es lo que es y pasan años y la gente sigue hablando de ello”, remarcó Vega.

“No fue fácil pero tampoco fue difícil, al final de cuentas Gonzalo es un actor y un buen actor , sabía que era parte de la máscara que utilizan ellos. Estaba un poco fuera de serenidad el día que hicimos esa escena, decidí darle un beso a él bastante gordo-risas-, le dije ya ves cómo no pasa nada. De ahí para adelante fue todo más grato y sonriente”, citó Ripstein.

“Sí es absolutamente cierto, yo estaba muy nervioso, estaba descontento con haber aceptado, todos los prejuicios que uno tiene, cuando se va a filmar algo tan violento, que altera la vulnerabilidad y sensibilidad de los actores, Vino y me dio un beso y me dijo cámara y así fue”, agregó Gonzalo Vega.



A falta de pan tortillas aunque no te gusten te las comes

Luego del beso y de ser “cachados” por su cuñado, se emprende una persecución en la que la homosexualidad es punitiva, la vida le será arrebatada a La Manuela, una patología que suele pasar en la vida real. Así lo manifiesta Gonzalo Vega, quien compartió la siguiente anécdota.

Años después de que hice El lugar, en una conversación con otro actor, que curiosamente no lo sabía pero era policía, me dijo que era común que este tipo de hombres caigan con los homosexuales y después los maten. Hay archivos de criminología que registran este tipo de actitudes, de gente que acepta el contacto, después lo niega y mata al compañero. Había ocurrido un crimen muy feo en los 80 de esos que sacuden a la sociedad, salieron en todos los medios,  aparecieron asesinados por la colonia san Miguel Chapultepec un par de actores con los que estábamos trabajando, por andar en eso”, reveló..

Además de los personajes centrales hay  otros personajes igualmente complejos y trágicos en esta sucursal del infierno. Octavio, el cuñado de Pancho representa el honor y el bienestar de la familia, sin embargo asiente y tolera la infidelidad, tanto de él como se su cuñado. Lo mismo se presenta en el personaje de Don Alejo, quien a pesar de tener un matrimonio funcional, de vez en vez se daba vueltas al burdel, cuando era regenteado por La Japonesa grande. Con estos ejemplos Ripstein enmarca la doble moral y la hipocresía suscitada en la sociedad contemporánea.

El lugar sin límites tuvo una acogida fortuita en diversos festivales, como San Sebastián, mientras que durante su estreno el filme también fue bien visto por la crítica. El 27 de abril en la cartelera de El sol de México aparece “El lugar sin límites (que entre paréntesis es el infierno), pudo haber sido una película de Hollywood si los derechos no se adquieren a tiempo en México. Y La “Manuela” pudo haber significado el próximo éxito de Marlon Brando, George C. Scott, Walter Mathaw”, refirió Guillermo Vázquez Villalobos de El heraldo.

Por aquellos años “La guerra de las galaxias” llevaba 18 semanas en cartelera. Se llevaba a cabo la IX Muestra internacional de cine, la cual cerraba su ciclo con la proyección de “Encuentros cercanos del tercer tipo”. A su vez también se estrenó “El patrullero 777”, estelarizada por Mario Moreno Cantinflas.

Durante su exhibición, Ana Martin recuerda que el filme fue del agrado de Luis Buñuel, quien en primera instancia iba a dirigir la cinta. “A Luis Buñuel le encantó la película, yo estuve en la exhibición cuando la vio, me dijo unas palabras preciosas. Inmediatamente me paré, era Don Luis Buñuel, él quería mucho a Ripstein, le dije:  Yo hice La Japonesita. Sí sí sí es que tú eres mágica en pantalla me respondió. Mejor me lo hubiera escrito y me lo hubiera firmado, se me quedó grabado era Luis Buñuel, si lo digo es qué le pasa a esta mujer. Casi me desmayó, estaba en estado de shock”.



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4 comentarios:

  1. Espero puedas ver este clásico que no envejece...saludos

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  2. Recuerdo cuando la relataste en el programa de televisión pero no recordaba el nombre, la voy a buscar y ver. Muchas gracias por hacer este archivo, continua gurú.

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  3. Muy buena pelicula, muy recomdable y esta completa en youtube

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